image

Rubén Fuentes cumple con su promesa y regresa a Zapotlán el Grande

Develará la placa de la Escuela Municipal de Música que llevará su nombre

miércoles, 19 de octubre de 2016

CIUDAD GUZMÁN, JALISCO, 19 DE OCTUBRE DE 2016 (CS). Pocas personas han influenciado a la música mexicana como el compositor y arreglista, Rubén Fuentes Gasson, considerado el creador del mariachi moderno y el bolero ranchero. Al incorporarse al Mariachi Vargas de Tecalitlán transformó el sonido primitivo de las bandas de músicos de las rancherías, incorporando la trompeta y arreglos de violines inspirados en la música clásica. No es una celebridad, siempre ha estado alejado de los reflectores, pero su importancia cultural es mayúscula, componiendo o produciendo en los estudios de grabación a las voces más características de nuestro folclor. El trabajo es su principal divisa, aún a sus noventa años sigue activo como director del Mariachi Vargas de Tecalitlán. 

El pasado 2 de marzo, el presidente municipal de Zapotlán el Grande, Alberto Esquer Gutiérrez le visitó en su domicilio de la Ciudad de México para solicitarle que apadrinara con su nombre la Escuela de Música del Municipio, el exitoso programa de su administración que reúne ya más de 700 alumnos, y sirva de inspiración y ejemplo para los niños. Rubén Fuentes se mostró conmovido por el honor, y con la sencillez que le caracteriza respondió que aceptaba por el amor que le tiene a la infancia, aunque consideró que su tierra, Zapotlán, ha dado al mundo grandes músicos que también lo merecen, como José Rolón o Consuelito Velázquez.

Rubén Fuentes no olvida sus raíces, en la charla evoca a Zapotlán el Grande con el cariño que se recuerda a la infancia y los momentos felices, como cuando el 18 de octubre de 1967 fue declarado Hijo Predilecto y para la ocasión fueron citados a Ciudad Guzmán José Alfredo Jiménez, Marco Antonio Muñiz, Rafael Baledón y Pedro Vargas entre otros para cantarle ante más de diez mil almas que corearon sus canciones en la plaza principal de Zapotlán el Grande. 

Vivió muy pocos años en Ciudad Guzmán, pero los suficientes para no olvidar jamás la casa donde nació ubicada entonces en la calle Colón 227 y la secundaria, donde su madre impartía clases de inglés y recibió cátedra por Juan José Arreola. Detrás de sus canciones “Cien Años” y “La Bikina” hay innumerables leyendas sobre su inspiración, relacionadas con gente y lugares de Zapotlán. A la pregunta si son verídicas, el compositor contesta socarronamente que son mentiras, pero le gusta que se difundan y el pueblo invente historias alimentando así el universo propio de la canción.

Se confiesa que en su niñez zapotlense su relación con la música no era satisfactoria, las ansias de un chiquillo por salir a explorar las calles chocaban con la rigidez impuesta por su padre y su tío. No fueron placenteras aquellas clases de contracanto y solfeo. “En algún momento llegué a odiar la música”.

Partió a Guadalajara cuando tenía catorce años, pero no perdió del todo el contacto con Zapotlán el Grande. Era un niño talentoso que, a pesar de su tormento inicial por aprender música, sus habilidades le ayudaron a incrementar sus conocimientos. Su formación fue clásica. Comenzó a viajar solo, a ganarse la vida porque no quería recurrir a los parientes, Su ambición lo llevó a la Ciudad Juárez donde a los 16 años participó en una Orquesta de Jazz, pero no tuvo éxito, regreso y de pronto se encontró sin dinero y con el orgullo herido, indica que un amigo lo vio tan amolado que le dijo que conocía a Silvestre Vargas, le llevaría con él. Rubén tocaba ya el violín, pero no conocía la música ranchera “Ni Jalisco, no te rajes”.

Desde los primeros ensayos le despertaron curiosidad los sones, porque tenían una gran ciencia, hechos por gente empírica, pero con gran talento, su inquietud le llevó a componer. 

Rubén Fuentes hace un recuento de sus principales intérpretes:

Pedro Infante, al que le compuso 44 canciones, entre las que destacan los boleros “Cien Años” y “Muñeco de cuerda”; Miguel Aceves Mejía, Amalia Mendoza, Antonio Aguilar, así como toda la producción y arreglos de José Alfredo Jiménez, sin excepción, de la primera a la última; 70 canciones a Marco Antonio Muñiz y en el tiempo que estuvo como director en la RCA durante doce años, pasaron por su estudio Jorge Negrete, Pedro Vargas, Lucha Villa y el disco debut de Lola Beltrán. 

Creó el bolero ranchero a partir de un incidente. Los músicos de tríos se encontraban en huelga, urgía una grabación y él recurrió al mariachi.

No titubea al responder que la canción “Que bonita es mi tierra, que bonita” es para Zapotlán. Que después de un buen tiempo, amigos le cuestionaban por qué no hacía una melodía para la tierra que lo vio nacer. Decidió hacer una, pero sería un tema que no cualquier músico pudiera interpretar, tan es así, que cuenta que originalmente la cantaría Miguel Aceves Mejía, sin embargo, el cantante del mechón canoso y el falsete no pudo y debió grabar sobre una pista previa, a manera de referencia, grabada por Marco Antonio Muñiz, que a la postre sería el intérprete que realizaría la versión más conocida. 

Entre otro de sus grandes éxitos, fue ganar el Grammy por el disco “Canciones de mi padre” de la cantante norteamericana Linda Rostandt. Cabe destacar, que Rubén Fuentes consiguió que la interpretación tuviera una calidad tal, que no se distingue que Rostandt no sabía español. 

Ante el panorama desolador que se presenta en México para la música de mariachi, al no contar con el apoyo de difundirla y la entrada de otros géneros que acaparan la atención de la gente, así como las emisoras de radio, Rubén Fuentes no dudó en apoyar al presidente municipal Alberto Esquer Gutiérrez con la Escuela de Música. “Hacen falta instituciones que promuevan la enseñanza de la música y, sobre todo, la de nuestro país. Me desilusiona mucho que hay más escuelas de mariachi en Estados Unidos, que en México. Agradezco la invitación y el honor, contribuiré en lo que pueda, para aportarles a los niños, un poco de mi experiencia, ya sea con partituras, o con mi testimonio”. 

Este viernes 21 de octubre, se cumple la promesa de Rubén Fuentes. Visitará a los alumnos de la Escuela de Música que desde ese día llevará su nombre en una placa que será develada a las 13:00 horas en sus instalaciones. De la misma manera, el compositor y arreglista cree fundamental tener contacto con los pequeños estudiantes, para lo cual, en el auditorio del Colegio México, contiguo a la Escuela de Música, ofrecerá una charla.

Estos actos, forman parte del homenaje integral que le brinda el Gobierno Municipal de Zapotlán el Grande al músico Rubén Fuentes, que iniciaron con la develación en letras doradas del nombre del compositor en un muro de la sala de cabildo, donde le acompañarán los nombres de otros hombres y mujeres ilustres de Zapotlán. 









Dirección de Prensa y Publicidad

Número de visitas: 2605